martes, 21 de febrero de 2012

El "negro" de los hijos "blancos".

Todos hemos oído el chiste ese del "afroamericano" (seamos políticamente correctos) que tiene un hijo blanco y sufre el cachondeo de los demás, aparte de un ataque de cuernos de campeonato.
Afortunadamente, los toros no entienden de eso, porque si no, "Huracán-102", un semental de El Pilar, estaría más mosca que un pavo en Navidad. Este padre de bravura es negro como un tizón, pero es que, además, sus ascentros también lo son, hasta el punto de que, ni siquiera ha salido alguno de pelo bragado.
El caso es que "Huracán", del guarismo 99, empezó a engendrar hijos dos años después, y todo iba "normal" hasta que en la paridera del año 2006 la vaca "Portadora" parió un becerro cubierto de pelos blancos, más carbonero claro que otra cosa, al que pasado el tiempo lo herraron con el nº 74. El asombro de los ganaderos fue mayúsculo. Pero es que, al invierno siguiente, dos hembras más, "Dudosa" y "Alambrisca" tenían sendos terneros de capa muy parecida. La primera, un negro berrendo que llevó el nº 70; la segunda, uno casi ensabanado, capirote y botinero, al que herraron el nº 119.
Pero lo que sí ha sido variopinto es el destino de cada uno de estos becerros. El que salió antes de "El Puerto de la Calderilla" fue "Alambrisco", un "tío" cuyas hechuras no eran del gusto de los ganaderos, y que fue corrido por las calles de Villalpando en 2010. Ya en 2011, "Dudoso" era embarcado con rumbo a Sevilla, donde dio un gran juego el 3 de mayo.
Y, curiosamente, el último en decidir su historia fue el más viejo de ellos, el que había nacido en 2006. Pero el futuro de "Portador" se antojaba corto, puesto que había encojado de una pata. Así que el ganadero lo echó para puerta cerrada, como regalo al matador Javier Cortés, pensando que el toro iba a acusar la rémora. Pero, todo lo contrario, fue bravísimo, hasta el punto que, finalmente, fue indultado y ahora está en el cerrado de los sementales.
Casualidades de la vida, en esa misma cerca está su padre "Huracán", el "negro" que los engendra "blancos" y que, curioso, tiene los cuernos cortados casi por la cepa. Así no tiene problemas con ellos...

miércoles, 15 de febrero de 2012

Vente arriba, Ganadero

Hace ya un tiempo mi amigo Gabriel Mercado, propietario de la ganadería "Remonta" tuvo un accidente campero. De esos tantos que ocurren cuando un ganadero de verdad se pasa el día bregando con caballos y toros en esos inmensos y empinados parajes de Sierra Morena.
El caso es que una vaca, puñetera como ella sola, se negaba a entrar en un cercado. No había forma de que tomase la cancela, así que Gabriel pensó en citarla pie a tierra, quebrándola cuando se le arrancara, ya dentro del cerrado.
Así lo hizo, pero al darle el quiebro un "clack" sonó en su rodilla y se quedó clavado. Luego llegó la vaca y le dio como, dónde y cuanto quiso. En fin, un palizón que se tradujo en una lesión propia de futbolistas, con ligamento cruzado de por medio y todo eso.
Pero él, tan cabezón como sus vacas, continuó montando a caballo y hasta haciendo a mano el herradero de unos becerros que cada año están más hermosos, jugándose que su lesión se acrecentara. Como así ha sido, porque ayer, cuando lo operaron, los médicos se encontraron un berenjenal de narices en su rodilla.
Claro, que eso sólo le pasa al que es ganadero de corazón y se desvive por el día a día de sus animales. Ratos secretos que muy pocos conocen. Después llegan los tentaderos y todo parece muy bonito. Y lo es, pero no tanto. Por eso mismo hoy, para darle ánimos desde esta humilde tribuna, he querido recordar un día de tentadero en su casa. Una jornada maravillosa de primavera, donde se tentó a campo abierto y Curro Díaz anduvo tan a gusto con las extraordinarias becerras de Gabriel, que hasta toreó de rodillas sobre un tapiz de incipientes margaritas.
Ahora al ganadero de "Remonta" le queda recuperarse, porque dentro de nada habrá que echar un día como ése, de los que te levantan el ánimo. Por eso mismo, ahora, hay que levantarselo a él.

domingo, 12 de febrero de 2012

De "El Villar" a Tabera

Una de las ganaderías encastadas en "Atanasio" que mejores resultados ha dado desde siempre fue la de Javier Pérez-Tabernero. Como botón de muestra, ahí está la corrida que este año lidiaron en Las Ventas, con un toro sensacional y otro de mucha nota.
Pero la familia Clemares Pérez-Tabernero se hartó de criar toros de esta sangre, que cada vez le entra menos por los ojos a los toreros. Así que compraron vacas y sementales a Joaquín Morales, de sus hierros "Torrehandilla" y "Torreherberos", y decidieron mandar a matadero todos los reproductores encaste "Atanasio".
Pero cuando su suerte parecía decidida, un guiño de la fortuna se alió con estos animales en su camino hacia el degolladero. Y es que los ganaderos de "Valdefresno", que a lo largo de su trayectoria han ido refrescando sus "lisardones" con sangre de Atanasio, hablaron con la familia Clemares para comprarle las mejores vacas. El razonamiento fue sencillo "Si de todas formas las vas a matar, deja que nosotros nos las llevemos".
Así que un lote de hembras hizo un corto trayecto, "el viaje de la vida", entre los escasos kilómetros que separan "El Villar de los Alamos" de Tabera de Abajo, donde, en "Tellosancho" pacen las hembras de "Valdefresno". También llegó un sólo semental de esta sangre, "Cardilista", nº 1, del guarismo 03, que aparece en estas fotos. Los demás continuaron camino, su camión paró en el matadero y ahí acabó su historia.
Muchas de las vacas que pasaron a ser propiedad de la familia Fraile Mazas venían preñadas, y esos becerros se marcaron con el guarismo 8. Un par de ellos fueron tentados para sementales y ahora están a prueba. Otros se fueron lidiando, pero uno ha llegado a ser cuatreño. Se llama "Yegüetisto", tiene el nº 146, y un curioso pelo cárdeno oscuro. Lo cierto es que, cuando se entra en su cercado, se notan las diferencias, no sólo en pelo, sino también en las hechuras y, sobre todo, en los pitones.
Su destino aún no está claro, pero seguramente irá a una plaza de segunda categoría. Por suerte para su estirpe, y gracias a los Fraile Mazas, la mejor línea de la sangre "atanasio" que había en Salamanca sigue viva. Que así sea.

jueves, 9 de febrero de 2012

Padres, hijos y nietos

No me extraña que cada vez más gente elija para "perderse" un lugar como "El Añadío". La finca, entre Vilches y Arquillos ha cogido fama como hotel rural, y en su cortijo, situado en un collado desde el que se domina todo la comarca del Condado, no es difícil hallar la paz del espíritu y la tranquilidad que muchas veces se echa de menos rodeado de móviles y ordenadores.
Allí, María Jesús Gualda cría sus "coquillas", refrescados por sementales de José Chafick, que con su hierro de "San Martín" puso a los "santacolomas" nuevamente en candelero. Después, las circunstancias fueron las que fueron, y el mexicano cruzó el charco para no retornar.
Pero, a lo que vamos. Tentadero en "El Añadío". El día, soleado, pero frío y ventoso, quizá el menos adecuado para tentar animales con sangre cárdena por sus venas. Los toreros, dos de dinastía y uno que quiere serlo. Porque tentaban Pedro Gutiérrez "El Capea" y Dámaso González, junto al novillero Antonio Puerta. Además, la sorpresa la trajo el torero salmantino, que aún haciendo campaña mexicana, como eso de los vuelos transoceánicos ya es moco de pavo, ha venido para estar apenas una semana en España. Y se ha traído a Fermín Espinosa "Armillita", hijo del matador del mismo nombre, y nieto del mítico Fermín, patriarca de los "Armilla", para que se vaya fogueando con el bravo español.
Hubo de todo, pero el que más me asombró fue "El Capea". Da gusto verlo en el campo, sin dejarse tocar un trasto, cogiéndole la velocidad y las alturas a las becerras con una facilidad y rapidez pasmosa. Algo que los ganaderos agradecen... y mucho.
Dámaso hijo se gustó con el capote, y a la quinta vaca, que fue sensacional, le hizo de todo, incluido un arrimón que recordaba a aquel Dámaso González Carrasco, uno de los toreros con más redaños que ha parido madre. Allí estaba también el maestro, detrás de un burladero, al solecito, encendiendo pitillo tras pitillo y rememorando aquellos tiempos de capa en los que era uno de los torerillos más habituales de la zona junto con Sebastián, el de Linares, ahora su consuegro, que además lo llamó unas cuantas veces esa mañana. Las cosas de la vida, el tapia de antes pisando otra vez las tierras que le vieron hacer cientos kilómetros a pie buscando robar un puñado de muletazos a vacas ya más que apuradas. Sólo que ahora vuelve a esas fincas como lo que es, un figurón del toreo... y un maestro. Estaba "anunciado" también Pedro Gutiérrez Moya, "Niño de la Capea", pero a última hora no pudo acudir.
Así pasó la mañana. Y, detrás del burladero, tomando notas, María Jesús, la ganadera, quizá pensando en que cuando Dámaso venía por aquí, su abuelo, que fue ganadero sobre estas mismas tierras, ni en los mejores sueños llegaría a imaginar que más de medio siglo después una nieta suya estaría criando toros bravos. Y hermosos, además, pero eso ya se verá en un próximo post.

miércoles, 8 de febrero de 2012

El destino de "Bullidor"

Se llamaba "Bullidor", tenía el nº 36 y formaba parte de la primera paridera que las vacas marcadas con la estrella de "Jandilla" habían hecho en "La Marquesa", la finca que posee Joaquín Morales extramuros de Vilches. Sus hermanos del año anterior, que habían venido de rastra con esas vacas, fueron los primeros que sintieron el hierro candente cuyo anagrama era esa estrella dentro de un escudo, el de la ganadería "Torrehandilla".
Cuatro años después de haber nacido a principios de 2007, en esos días donde el invierno cede ante la primavera, "Bullidor" era un toro imponente que, además, estaba apartado en el cerrado donde se encontraba la corrida más lujosa de la camada. Porque su destino estaba marcado nada menos que en Sevilla, donde sería lidiado en pleno jueves de farolillos.
Pero su sino cambió una mañana de abril. El sol calentaba el lomo de los ocho cuatreños que había en su cercado, bien cuidados y mejor comidos, así que la agresividad estaba a flor de piel. Y "Vanagloria", nº 12, no dejó pasar la ocasión ese mediodía. Se encampanó ante "Bullidor", y la pelea fue brutal, intensa, sangrienta. Por si fuera poco, el nº 38, "Ejecutivo", cumplió esa ley del campo que marca un tercero en cada disputa, así que la paliza que se llevó el castaño fue de impresión. Hasta el punto de acabar casi metido en uno de los pilares del agua, maltrecho, cojo y herido. Sólo la fortuna le salvó la vida, porque la casualidad hizo que el ganadero estuviera en su cercado justo en ese momento.
Así que "Bullidor" fue cambiado de cerrado, pero le costó un mundo recuperarse y, claro está, no pudo ser embarcado para Sevilla. Tampoco lo fueron finalmente sus "enemigos", "Vanagloria" y "Ejecutivo". Pasaron los días, y a mediados de mayo, el ruido de un camión soliviantó la paz de la noche en la dehesa. En el embarcadero, al lado del cercado donde estaba, un toro volvía vivo de la plaza. Era su hermano, "Bullidor", cinqueño, que había nacido un año antes que él, de la unión de la vaca nº 905 del año 98, con el semental "Leyenda", de "Jandilla". Él sí que había tenido suerte porque, con su bravura, había ganado la inmortalidad.
Nuestro protagonista, que tenía un padre con mucha mejor nota, "Desplumado-166", continuó reponiéndose. Llegó julio y otro camión se llevó muy lejos, hasta Barcelona, a "Vanagloria" y "Ejecutivo", que habían estado todo ese tiempo repartiendo leña a quien se había puesto en su camino. Después fueron emparejados en el mismo lote y pasaportados por la misma espada, la de "El Fandi".
Conforme el año avanzó los cerrados se fueron quedando vacíos. Y cuando ya las noches olían a otoño sólo quedaban ocho toros en la finca. Entre ellos, "Bullidor", que el 14 de septiembre fue embarcado con destino a Villacarrillo. Le cupo en suerte a "El Cid", y fue tan bravo que le dieron la vuelta al ruedo. Para el ganadero, su comportamiento en la lidia fue muy superior al de "Espontáneo", al que perdonaron la vida esa tarde, pero que no llegará a cubrir vacas en su casa matriz. Sí lo hubiera hecho "Bullidor" de haber sido indultado, pero el destino volvió a burlarse de él la última vez que se cruzó en su camino.